El Corpus Christi de Toledo, declarada de Interés Turístico Internacional, es la fiesta más importante de la ciudad imperial, y una de las más antiguas. Se trata de una procesión religiosa, cargada de solemnidad, que es presidida por el cardenal primado de España.
Las históricas calles de Toledo son engalanadas especialmente para este brillante desfile, en el que sobresalen la Custodia y el singular cortejo que la acompaña, compuesto por las distintas hermandades y cofradías.
Los preparativos comienzan cinco semanas antes de la fecha, ornamentando y cubriendo las calles del recorrido con faroles, guirnaldas y toldos para que la Custodia siempre esté a cubierto bajo palio, siempre bajo la supervisión del “pertiguero”, que medirá la altura a la que se han colocado para confirmar que todos estén dispuestos al nivel reglamentario y pueda pasar la Custodia.
El día anterior se engalanan las calles contiguas al recorrido con antiguos tapices, colchas, pendones y mantones en las paredes, balcones y ventanas. Dentro de los adornos que se ponen, destacan los tapices del siglo XVII que se utilizan para cubrir las fachadas de la catedral, único día en que se exhiben en el exterior.
Además, se alfombra el pavimento con hierbas aromáticas como cantueso, tomillo o espliego que contribuirán a perfumar la procesión.
Fuente: CastillaLaMancha
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