A mediodía el Santo Padre rezó el ángelus desde la ventana de su estudio con los fieles reunidos en la Plaza de San Pedro, meditando sobre el Evangelio de este penúltimo domingo del año litúrgico, en el que Cristo aparece como el centro.
En esta ocasión, Benedicto XVI recordó que en nuestros tiempos no faltan calamidades naturales, ni lamentablemente, guerras y violencias. Por esta razón afirmó que también hoy tenemos necesidad de un fundamento estable para nuestra vida y nuestra esperanza, tanto más a causa del relativismo en el que estamos inmersos. Y concluyó invocando a la Virgen María para que nos ayude a acoger este centro en la Persona de Cristo y en su Palabra.
Al saludar a los peregrinos procedentes de América Latina y de España, el Papa dijo:
Saludo cordialmente a los peregrinos de lengua española. En el Evangelio de hoy, Jesús advierte a sus discípulos, y a todos, que en la vida habrá que afrontar embaucadores, sufrir persecuciones y calamidades. Hoy se sabe esto muy bien. Pero con la esperanza perseverante en la victoria de la Cruz, el corazón humano encontrará siempre un suelo firme, la auténtica paz, en la presencia constante del Señor, verdadero fin de todas las cosas, y cuya ayuda nunca nos abandona. Confiemos a nuestra Madre del cielo nuestros desvelos, y que nos ayude también la intercesión de la Beata María Crescencia Pérez, que ayer ha sido elevada al honor de los altares en Argentina. Muchas gracias y feliz domingo.
Abrazando como es tradicional a los peregrinos de tantas partes del mundo, que acudieron también este domingo a rezar a la Madre de Dios con el Papa, Benedicto XVI se dirigió a los francófonos y reiteró que buscando a nuestro alrededor los signos de la presencia de Dios, con la disposición para recibirlos, encontraremos la roca sólida donde radica nuestra existencia más allá de los cambios que nos llegan. Pues, por la fe, nos comunicamos con el plan de amor de Dios para la humanidad y para cada uno nosotros.
¡Dios es fiel! –enfatizó el Santo Padre– alentando a participar regularmente en la misa dominical, necesaria para un cristiano, y deseando que la Virgen María ayude a comprender la importancia de esta cita y la alegría de la vida familiar
En sus saludos a todos los visitantes de habla inglesa y a los peregrinos presentes para Ángelus de este domingo, en que el año litúrgico llega a su fin, el Papa recordó que Jesús nos dice que aunque el cielo y la tierra pasarán, sus palabras permanecerán. Y exhortó a impulsar nuestro compromiso en construir nuestras vidas cada vez más en la sólida base de su santa palabra, la verdadera fuente de vida y alegría.
¡Que el Señor sea siempre nuestra meta en la alegría y la esperanza de "las grandes cosas que Dios preparó para los que lo aman" (1 Co 2, 9) Deseó también Benedicto XVI en sus saludos a los peregrinos y visitantes de lengua alemana.
En polaco, el Santo Padre exhortó a fortalecer la vida espiritual, en particular en este Año de la fe, con el Evangelio de la Misa de hoy y el anuncio de la Parusía, la segunda venida de Cristo a la tierra. Entonces, iluminados por la luz divina, recibiremos la respuesta a las preguntas acerca de nuestra existencia.
(María Fernanda Bernasconi y Cecilia de Malak – RV).
BENDICIÓN DEL SANTO PADRE
Bendito seas Santo Padre
ResponderEliminar