La iglesia parroquial Nuestra Señora de la Asunción (Navalcarnero, Madrid) y la librería Diálogo (Madrid) han sido atacadas este fin de semana por un grupo de vándalos anónimos. Se trata de dos acciones independientes pero que guardan un nexo común: en ambos casos se trata de un ataque a la libertad religiosa.
En el caso de la iglesia de Navalcarnero, los hechos ocurrieron este pasado domingo, cuando un hombre de unos 35 años y vecino de la localidad causó importantes destrozos en el templo cristiano, entre ellos varias imágenes religiosas, realizadas en escayola que llevaban en la iglesia desde los años treinta del siglo pasado. Según el párroco Fermín Marcos, “su valor es más sentimental que económico”, aunque entre ellas se halla la figura de San Isidro Labrador, que tenía que haber salido en procesión hasta la ermita del mismo nombre el próximo domingo 15 de mayo.
Al parecer, el agresor, que responde a las iniciales de M. B. R. y que fue detenido a los pocos minutos por la Policía local, ya había avisado de sus intenciones, pero nadie le tomó en serio. El alcalde, Baltasar Santos, ha lamentado el incidente, al que ha tachado de “terrible y muy grave”, al señalar que “atentar contra las imágenes religiosas no es sólo ir contra la fe de las personas y la tradición de un pueblo, sino también contra el patrimonio histórico-artístico del municipio”.
El caso de la librería Diálogo, centrada en libros de temática religiosa, es otro de los desagradables sucesos ocurridos este fin de semana. Unos vándalos destrozaron el escaparate en el que promocionaban diversos libros relacionados con la beatificación del Papa Juan Pablo II. “No se llevaron nada, lo que indica que el móvil no era el robo”, apunta María José Fuente Clemente, una de las dueñas de la tienda. Según indica, “llama la atención que, estando a escasos 15 metros de la puerta de la embajada de Estados Unidos, se pueda actuar con semejante impunidad tan reiteradamente”, ya que, al parecer, durante varios días, el citado cristal de la librería aparecía lleno de escupitajos y los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado que custodian la Embajada no oyeron ni vieron nada.
Fuente: La Gaceta
No hay comentarios:
Publicar un comentario