El Custodio de Tierra Santa, el padre Pierbattista Pizzaballa, ha escrito al presidente israelí, Shimon Peres, pidiéndole que use el poder que deriva de su cargo para detener la oleada de incidentes anticristianos de los pasados días. Los incidentes incluyen pintadas en las paredes de la Congregación Baptista de Narkis street, sobre el cementerio cristiano del Monte Sion y el Monasterio greco-ortodoxo del Valle de la Cruz. "Jesús está muerto", "Muerte a los cristianos", "María es una prostituta" y también "el precio que hay que pagar", ("Price tag").
"Price tag" es el eslogan de una campaña, a menudo violenta, llevada a cabo por los colonos militantes judíos y nacionalistas, dirigida sobre todo contra los palestinos y los pacifistas. Pizzaballa ha escrito a Peres, aunque los lugares objetivo de los ataques no tengan que ver con la Iglesia católica. "Estas acciones, que hasta ahora no han comportado ningún arresto, son solo un ejemplo penoso dentro de una serie de acciones similares llevadas a cabo de reciente, prácticamente sin ningún obstáculo. Como usted sabe, no es una costumbre mía escribir cartas de este tipo. Las distintas comunidades cristianas viven de manera tranquila y pacífica en Israel, con respeto, estima y buenas relaciones con los judíos y los musulmanes...
Desgraciadamente con el pasar de los años hemos aprendido a ignorar las provocaciones y a proseguir con nuestra vida cotidiana. Pero esta vez parece que se ha ido demasiado lejos, no podemos seguir permaneciendo en silencio".
Y sigue: "Estos eslóganes chocantes, escritos en lugares de oración cristianos, especialmente en Jerusalén, hieren los sentimientos de los cristianos de Israel, sea cual sea su credo, así como los de cientos de miles de peregrinos que visitan Jerusalén y Tierra Santa, y de muchos otros en todo el mundo". Pizzaballa, pide a Peres que use su autoridad para "detener estas acciones, antes de que se conviertan en algo habitual en la vida cristiana de Israel".
V.I./Marco Tosatti
Roma
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