Dos días antes de su visita pastoral a América Latina, Benedicto XVI no presidió hoy la Audiencia General, dado que ha anulado todos sus compromisos semanales, comprendida la cita de los miércoles con los fieles. “Oración cotidiana, repaso y supervisión de los discursos y de los encuentros y un gran amor por Nuestra Señora de Guadalupe”. De esta manera el Papa está transcurriendo estos días que lo separan del inicio de su 23º viaje apostólico, que desde el viernes hasta el 29 de marzo lo llevará primero a México y luego a Cuba. Quien describe los particulares de la vigilia y los sentimientos del Pontífice, es su Secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone entrevistado por la TV mexicana.
Sin duda, la elección de México, es un gran acto de amor del Papa a México, este gran país de América Latina, un gran país católico, un país en pleno desarrollo y, sin embargo, un país atravesado por problemas y por desafíos formidables, sobre todo los desafíos de la violencia, los desafíos de la corrupción, del narcotráfico, que requieren el compromiso de todos, el compromiso de todas las instancias religiosas, civiles, sociales, para superar esta etapa y para refundar México sobre valores cristianos. Valores que están en ADN del pueblo mexicano: los valores de la convivencia pacífica, de la fraternidad, la solidaridad y de la honestidad. Por tanto, el Papa lleva un mensaje de aliento, que va en este sentido, y lleva este mensaje especialmente para los jóvenes, para que no se dejen desalentar, para que no se dejen capturar por cortos objetivos, por fáciles horizontes quizá de dinero y de arribismo social, sino que se sientan comprometidos en la construcción de una sociedad solidaria, una sociedad honesta, una sociedad donde cada uno tenga su lugar, el propio reconocimiento. Un mensaje de amor y de gran estímulo y también de optimismo. (Radio Vaticano)
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