En torno a 40 obispos, cientos de sacerdotes y centenares de miles de fieles que llegarán a Madrid desde diversas partes del mundo; la mayor parte, españoles; la inmensa mayoría de ellos, de la Comunidad. Hay quien habla, incluso, de un millón de creyentes. Estas son las cifras “aproximadas” de la convocatoria de este viernes para la celebración de la ya tradicional Misa de las Familias que se celebra en la plaza de Colón. Nadie en el arzobispado madrileño se aventura a concretar las cantidades: “Es muy probable que se sumen sacerdotes y obispos a última hora”, explican fuentes cercanas a la institución.
De momento, todo está a punto para que, a partir de las 14.30 horas se desarrolle el programa, que comenzará con una Fiesta de la Sagrada Familia previa a la celebración Eucarística. Tras la bienvenida a los congregados con canciones, está previsto que se desarrolle una procesión con la Virgen de la Almudena, el rezo del Rosario y, a partir de las 16 horas, los actos centrales de la jornada: la lectura del mensaje enviado por el Papa Benedicto XVI y la celebración de la misa presidida por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela.
La celebración es, oficialmente, “un acto del Arzobispado de Madrid”. Sin embargo, convoca a tal número de foráneos (se esperan 400 autobuses de peregrinos) y prelados españoles que resulta imposible no relacionarla con los grandes acontecimientos que organiza la Iglesia en España a nivel nacional. “Rouco se siente el ‘Papa de España’ y convoca como si lo fuera”, sentencia un grupo de sacerdotes que no comulga con la idea. “Es una iniciativa madrileña que se ofrece al resto de diócesis españolas para dar un testimonio de unidad”, consideran otros.
Parte de la polémica surge a raíz del “marcado carácter político” que algunos sacerdotes y grupos de cristianos llamados ‘de base’ atribuyen al mensaje de fondo de las jornadas y a las intervenciones del cardenal arzobispo Rouco Varela. “No se puede instrumentalizar la Eucaristía y montar este espectáculo para mandar mensajes al Gobierno contra el aborto y a favor de un modelo concreto de familia, como claramente se hacía en época de Zapatero”, argumentan unos.
“El Evangelio ha de ser predicado sin miedo y con todas las consecuencias, también en lo que respecta a la moral familiar y la vida. Buscar otra lectura a este acto es desfigurar la verdad”, responden otros.
Sea como fuere, lo que parece garantizado, críticas apartes, es que monseñor Rouco Varela cerrará con este acto un año especialmente abundante en citas que le han mantenido en el centro de atención eclesiástico a nivel mundial, como la recientemente celebrada Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), en el mes de agosto. También la asistencia multitudinaria a la de hoy está garantizada, toda vez que el prelado cuenta con el apoyo sin fisuras del Camino Neocatecumenal (con Kiko Argüello a la cabeza), el Movimiento Comunión y Liberación, la Prelatura del Opus Dei... entre otros.
Habrá que esperar a la homilía de la misa para comprobar con qué talante afronta el prelado madrileño su relación con el recientemente estrenado Gobierno de la nación. Con toda seguridad, también en Moncloa estarán puestos los ojos en la plaza de Colón.
El Mundo
No hay comentarios:
Publicar un comentario