La comunidad católica de la parroquia de Tam Toa, en Dong Hoi,(Vietnam) finalmente tendrá una iglesia. Un acuerdo de principio, según lo informado por el obispo de Vinh, "se ha alcanzado en relación con la tierra en la que se construyó la nueva iglesia."
En 2009, la iglesia de Tam Toa (en la foto) estaba en el centro de un conflicto entre católicos y las autoridades locales, con golpes, lesiones y detenciones. Para los católicos vietnamitas el edificio tiene un significado muy especial. Su existencia fue documentada por primera vez en 1631 y en el siglo XVII fue el más grande de la región, llamada entonces San Bun, con 1.200 fieles. El edificio actual, de estilo portugués, con una torre de campana grande típica, fue construido en 1887 y fue considerada como una de las iglesias más hermosas del país.Durante la guerra fue alcanzado por los bombardeos dejando sólo la fachada y campanario de pie. Sin embargo, cuando la guerra terminó, las ceremonias religiosas se celebraban con regularidad. Hasta 1996, cuando el Comité Popular de la provincia de Quang Binh lo confiscó, estableciendo lo que sería "un monumento" que debía ser "preservado y protegido para las futuras generaciones, a fin de recordar los crímenes de guerra de los americanos".
Las peticiones de la diócesis para el regreso de la iglesia cayeron en oídos sordos, a pesar de que era el único disponible a los fieles de la zona, que habían erigido un crucifijo y una tienda de campaña frente a las ruinas del edificio para sus celebraciones. Las autoridades, el 20 de julio 2009 eliminaron tanto la tienda como la cruz y los fieles fueron atacados y golpeados severamente. Este episodio fue seguido días después por un ataque aún más grave, con un sacerdote que acabó en coma. Hubo numerosas detenciones. La historia provocó ira entre todos los católicos en el país.
Para agravar la tensión, corrieron rumores de que las autoridades estaban motivados por la corrupción y tenían intención de utilizar la tierra para un complejo turístico.
El 15 de agosto, el Obispo y los fieles respondieron con firmeza, unos 200 mil católicos reunidos en torno al Obispo se manifestaron pacificamente en señal de protesta.
Ahora el Comité Popular provincial ha decidido conceder la tierra a la diócesis, no en los terrenos de la iglesia histórica, pero si en el centro de la ciudad.
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