En la noche del sábado pasado, el joven sacerdote colombiano de 26 años Luis Carlos Orozco fue asesinado de un disparo en la cabeza por un menor de edad, al parecer sicario, mientras se siguen investigando los motivos de la acción del menor agresor y quiénes fueron los mandantes del crimen. La agresión mortal se produjo en el parque de Rionegro, a la vista de un gran número de ciudadanos, que ayudaron a capturar al sicario.
El sacerdote Luis Carlos Orozco Cardona, de 26 años, se encontraba en el parque principal del municipio de Rionegro, Antioquia, cuando un menor de edad, al que faltan apenas dos meses para cumplir 18 años, disparó contra él, en la noche de este sábado 12 de febrero.
El alcalde de Rionegro, Alcides Tobón señaló que el joven cometió su agresión "en medio de una gran cantidad de gente, cámaras de seguridad, guardas de tránsito y policías que hacían presencia en el parque, y gracias a la ayuda de la comunidad se logró dar con el paradero del menor”.
El presunto agresor fue capturado por la policía cuando pretendía escapar en una motocicleta. El hecho quedó registrado en las cámaras de seguridad de la zona. El adolescente fue llevado a un centro de menores.
El sacerdote Orozco trabajaba desde hacía cuatro meses en la pastoral social de la diócesis de Sonsón-Rionegro. “Era un padre muy joven, apenas llevaba un año como sacerdote, era oriundo de El Santuario y no estaba amenazado”, explicó el coronel José Gerardo Acevedo, comandante del Departamento de Policía de Antioquia.
Según dijo el policía, el presbítero se encontraba conversando con un sacristán en el parque de Rionegro, a las 9,30 de la noche del sábado. “En el lugar había mucha gente, por ser fin de semana. El cura estaba allí con un joven de 17 años, acólito de la iglesia, cuando el sicario pasó, también un muchacho de la misma edad, 17 años, al que le faltan dos meses para cumplir los 18. Se quedó mirándolo, pero pasó de largo".
"A los tres minutos regresó y le propinó un disparo en la cabeza, en la región occipital izquierda. El menor alcanzó a correr unos 150 metros, intentó subirse a una motocicleta, cuando fue capturado por agentes de policía, alertados por los gritos de la comunidad”, narró el coronel Acevedo, quien aclaró que el hecho quedó registrado en video, gracias a las cámaras de seguridad del lugar.
El sacerdote fue trasladado de urgencia al hospital San Juan de Dios de Rionegro. Allí, los médicos intentaron salvarle la vida, pero falleció dos horas después.
Según las autoridades, el presunto asesino se dedica al sicariato, convive en unión libre, es natural de Bello y residente del barrio la Esperanza de Rionegro. En el momento de la captura no supo explicar su presencia en el lugar y las razones de su acción. El menor fue puesto a disposición de la Fiscalía de Infancia y Adolescencia de Rionegro y se encuentra bajo custodia de un comisario de familia. Los hechos son materia de investigación.
El padre Luis Carlos Orozco Cardona nació el 10 de octubre de 1984, en el Carmen de Viboral. Hijo de Rubén Alirio Orozco y Cruz Ana Cardona, era el mayor de tres hijos. Estudió enseñanza primaria en la escuela Eusebio María Gómez de El Santuario y secundaria en el colegio José María Córdoba, del mismo municipio.
Realizó estudios de Filosofía en el Seminario Nuestra Señora de Marinilla, y de Teología en el Seminario Nacional Cristo Sacerdote-La Ceja.
Recibió el diaconado en la catedral de Rionegro, en 2009, y fue ordenado sacerdote en 2010 por monseñor Ricardo Tobón Restrepo.
Las honras fúnebres del sacerdote, a quien afectuosamente llamaban ‘Lukas’, se efectuaron en la catedral de Rionegro, con asistencia de centenares de fieles. La Eucaristía fue presidida por monseñor Darío Gómez Zuluaga. El sepelio se realizó en horas de la tarde, en el municipio de El Santuario.
Mediante comunicado de prensa, el obispo designado de la diócesis de Sonsón-Rionegro Fidel León Cadavid, lamentó profundamente el asesinato del sacerdote: "Manifiesta, una vez más, la grave crisis de valores humanos y cristianos que padece nuestra sociedad, como consecuencia del olvido de Dios y el desprecio de la vida y de la dignidad de la persona humana”.
El prelado destacó la entrega al servicio de los pobres del sacerdote Luis Carlos Orozco, su transparencia de vida, su alegría sacerdotal y su celo pastoral.
Invitó a la comunidad a renovar su fe en Dios y a las autoridades competentes a "que se adelanten con prontitud y eficacia las investigaciones, que conduzcan al castigo de los autores materiales e intelectuales de este asesinato, a quienes también invitamos al arrepentimiento y a una sincera conversión”.
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