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lunes, 29 de agosto de 2011

CHINA ENCUENTRA APOYO EN IRLANDA PARA SU LUCHA CONTRA EL VATICANO

 


 
 
China, una de las naciones más poderosas del mundo, considera a la pequeña isla de Irlanda como su nuevo aliado en esta lucha de más de 50 años para construir una Iglesia nacional y designar obispos con independencia del Vaticano.


El país afirma haber encontrado apoyo para su proyecto político en el discurso que el 20 de julio pronunció el primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, en el que atacó el rol del Vaticano en el escándalo por los abusos sexuales de menores por parte de sacerdotes en el país.


El ataque fue citado en un artículo publicado en la edición en línea del People's Daily, el periódico oficial del Partido Comunista Chino, titulado: «El catolicismo debería adaptarse a las condiciones locales». El artículo también fue publicado en Global Times, la edición en inglés del periódico.


El artículo recordaba cómo el líder del que una vez Juan Pablo VI había descrito como «el país más católico del mundo» había «acusado al Vaticano de interferir en asuntos de un Estado soberano», y de mostrar «disfuncionalidad, desconexión, elitismo y narcisismo». E incluyó la conclusión del discurso: «Estamos hartos de oír acerca del Derecho Canónico. Esto es una República, se trata del Derecho Civil».


Para comprender «la trascendencia de este acontecimiento», el People’s Daily dijo que es necesario entender la historia de Europa, que «es una historia de lucha constante contra el poder la Iglesia». Imperios y Estados nacionales «intentaron liberarse» del «yugo» del Papa y de una Iglesia «que era más poderosa que cualquier Estado». Inglaterra, Escandinavia y partes de Alemania «abandonaron el catolicismo por completo, bajo la bandera de la Reforma», mientras que Italia «limitó su poder» al soberano Estado Vaticano.


Si bien el poder temporal de la Iglesia ahora se concentra en la Ciudad del Vaticano, el periódico afirmó que «aún ejerce una influencia que es enormemente desproporcionada a su pequeña dimensión. Nombra cardenales en otros países, sus sacerdotes de mayor antigüedad en el extranjero cuentan con protección diplomática y lo sabemos por el Primer Ministro irlandés que pueden interferir en los asuntos de Estados soberanos».


El periódico también recordó cómo «la historia de China se desarrolló fuera de las tierras históricas del cristianismo, y su experiencia es totalmente diferente», y sostuvo que China «tiene todo el derecho de cuestionar el poder del Estado vaticano de robar la autoridad de nombrar sacerdotes en tierras lejanas». De hecho «está cuestionando el principio de permitir que un Estado extranjero dicte lo que debe suceder en otro».


Describiendo a la Iglesia católica como «una institución admirable que lleva consuelo espiritual a cientos de millones de personas en todo el mundo», el periódico comunista destacó que es también «una institución pragmática» que «se ha adaptado y ha cambiado, algunas veces hasta resultar irreconocible, a lo largo de los siglos».


Dijo que la Iglesia «debe reconocer que no se puede esperar que China adhiera incondicionalmente a las reglas que le son culturalmente ajenas y en cuya creación jamás ha participado, sin contar aquellas que en realidad debilitan a la Iglesia en lugar de fortalecerla».


Continuó alegando que «el Vaticano no tiene las de ganar enfrentándose con sus naciones anfitrionas», como han demostrado los acontecimientos en Irlanda. Afirmó que «el gran apoyo que recibió el PM» después de su ataque al Vaticano demostró que «el pueblo irlandés ha puesto su lealtad al gobierno por sobre su lealtad al Vaticano, sin por eso ser menos católico».


Argumentando que «las instituciones evolucionan, y lo mismo debería hacer la Iglesia», continuó con la pregunta: «¿Por qué no puede China elegir a sus propios obispos, idealmente sin la interferencia de ningún Estado, ni local ni extranjero?»


Pero, claramente enojado por la reciente excomunión de dos obispos chinos ordenados sin el consentimiento del Papa, el periódico comunista dijo: «excomulgarlos fue una herramienta medieval que no tiene lugar en el 2011, ni en China ni en ningún otro lado».


Se pronunció partidario de que el Vaticano «debería adaptarse para tener en cuenta el potencial de un país como China y sus diferencias culturales»; de lo contrario, dijo, la Iglesia «corre el riesgo de que se interprete que le importa más su poder temporal que las necesidades espirituales de los fieles chinos».


Si bien el periódico comunista oficial buscó explotar la acusación del Primer Ministro irlandés de la interferencia del Vaticano en asuntos internos de un Estado extranjero, en ninguna parte menciona el hecho de que el Estado irlandés jamás intervino en la designación de obispos.








V.I. / Gerard O'ConnellRoma


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