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domingo, 11 de diciembre de 2011

ANGELUS Y BENDICIÓN DE LOS "BAMBINELLI" 11/12//2011

















“La vigilancia del corazón que el cristiano está llamado a ejercitar siempre, en la vida de todos los días, caracteriza en particular este tiempo en el que preparamos con alegría el misterio de Navidad”, reflexionó previamente a la oración del Ángelus, el Sucesor de Pedro, desde la ventana de su estudio que da a la Plaza de san Pedro, repleta de niños con sus familiares y catequistas que traían la imagen del Niño Jesús de sus Pesebres, para que el Papa las bendijera: “El primer saludo esta reservado a los niños de Roma –dijo el Papa al final de la oración del Ángelus- que han venido para la bendición de los “Bambinelli”.” "Que nuestros hogares se inunden de luz", saludó el Papa a los peregrinos de lengua española.


















Durante el rezo del Ángelus en Roma, el Papa llamó a los católicos a no dejarse llevar por los "habituales mensajes de tipo comercial" en estas fechas.


El Papa Benedicto XVI pidió este domingo a los cristianos que no se dejen “distraer” por las luces y los "habituales mensajes de tipo comercial” de la Navidad y que den el valor adecuado a las cosas.
"La atención al corazón, que el cristiano está llamado a ejercitar siempre, en la vida de todos los días, caracteriza en particular este tiempo en el que nos preparamos con alegría para el misterio de la Navidad”, dijo el pontífice durante el rezo del Ángelus en la Plaza de San Pedro del Vaticano.

"El ambiente exterior propone los habituales mensajes de tipo comercial, aunque en tono menor a causa de la crisis económica. El cristiano está invitado a vivir el Adviento sin dejarse distraer por las luces, sabiendo dar el valor adecuado a las cosas, para fijar una mirada interior sobre Cristo”, agregó.

En este domingo de Adviento, en el que se celebra la fiesta del "Gaudete,” Benedicto XVI invitó a los cristianos a la alegría, en el sentido más profundo de la palabra. "La verdadera alegría no es el fruto del divertirse, entendido en el sentido etimológico de la palabra 'di-vertere', es decir, apartarse de los compromisos de la vida y de sus responsabilidades. La verdadera alegría está ligada a algo más profundo”, comentó.

"Por supuesto, en el ritmo diario, a menudo frenético, es importante tener espacios de tiempo para el reposo y la distensión, pero la alegría verdadera está vinculada a la relación con Dios (...) La verdadera felicidad no es un simple estado de ánimo pasajero, ni algo que se alcanza con los propios esfuerzos, sino que es un don, nace del encuentro con la persona viva de Jesús”, añadió.

El pontífice dedicó además su primer saludo a los niños de Roma, a quienes pidió que se acordaran de él en sus rezos navideños, y recordó el aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, siendo el primero de ellos -dijo- el “derecho a la vida”.

Ya en castellano, el papa saludó a los peregrinos de lengua española desplazados hasta la plaza de San Pedro. "La liturgia de hoy, el llamado domingo Gaudete, nos invita a prepararnos con la oración y las buenas obras a celebrar con gozo la llegada de Jesús entre nosotros. Que la Santísima Virgen nos enseñe a reconocerlo y amarlo, de modo que nuestro corazón y nuestros hogares se inunden de luz”, dijo Benedicto XVI en castellano.

Antes del Ángelus, el papa presidió una misa en la parroquia de Santa María de las Gracias de Casal Boccone, al norte de Roma, donde se observa, según dijo, “un gran desafío” por la presencia de "grupos religiosos que se presentan como depositarios de la verdad del Evangelio”.

"Superad los límites del individualismo, de la cerrazón en vosotros mismos, la fascinación del relativismo, por la que se considera lícito todo comportamiento, la atracción que ejercitan formas de sentimiento religioso que se aprovechan de las necesidades y aspiraciones más profundas del ánimo humano, proponiendo perspectivas de satisfacción fáciles, pero ilusorias,” afirmó.

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En este Domingo de la alegría, Benedicto XVI salió del Vaticano, a las nueve de la mañana, para visitar la parroquia romana dedicada a Santa María de las Gracias, que se encuentra en la periferia de la diócesis del Papa. El primer encuentro fue con los niños, que lo estaban esperando en el patio de la moderna iglesia, que se inauguró hace un año medio, y que lo acogieron con gran entusiasmo, aplausos y cantos. Sonriendo, el Santo Padre agradeció con emoción la alegre bienvenida y el cariño recibido e improvisó unas palabras. Una invitación a permanecer siempre en contacto con Dios y sus mejores deseos de alegría para la Navidad:

Palabras de Papa a los niños presentes


Queridos niños

Les deseo a todos un feliz domingo. Sabemos que la Navidad está cerca: preparémonos no sólo con los regalos, sino con nuestro corazón. Pensemos que Cristo, el Señor, está cerca de nosotros, entra en nuestra vida y nos da luz y alegría. San Pablo en la Carta a los Tesalonicenses hoy dice: “Recen sin cesar”. Naturalmente, no quiere decir que tenemos que decir siempre palabras de oración, significa que no tenemos que perder el contacto con Dios en nuestro corazón. Si este contacto está, hay alegría. Les deseo a todos la alegría de la Navidad y toda la alegría de la presencia de Jesucristo Niño que es Dios en nuestro corazón. Felicidades! Feliz domingo y Feliz Navidad ahora!


En su homilía, Benedicto XVI hizo hincapié en la importancia de «fortalecer la fe ante los peligros e insidias, que pueden amenazarla en estos tiempos». Tras alentar a «superar los límites del individualismo, de la cerrazón, de la fascinación del relativismo, así como la atracción que ejercen formas de sentimiento religioso, que explotan las necesidades y los anhelos más profundos del alma humana, proponiendo perspectivas de fáciles pero ilusorias satisfacciones», el Papa puso de relieve la alegría y la belleza del testimonio de la caridad de Cristo, que nos apremia, y de la misericordia divina:


«Han visto llegar a muchas personas en dificultad y en situaciones de malestar, que necesitan su ayuda material, pero también y sobre todo vuestra fe y vuestro testimonio como creyentes. Hagan de forma que el rostro de esta comunidad pueda expresar siempre concretamente el amor de Dios rico de misericordia, invitando a todos a acercarse a Él con confianza».


Dirigiendo luego «una palabra de cariño y de amistad», en especial a los queridos jóvenes, Benedicto XVI aseguró que alienta a la juventud y que la Iglesia cuenta con los jóvenes:


«El hoy y el mañana de la historia y el futuro de la fe están encomendados, en particular, a las nuevas generaciones. La Iglesia cuenta mucho con su entusiasmo, con la capacidad de los jóvenes de mirar hacia adelante, de estar animados por ideales y con su anhelo de radicalidad en las opciones de la vida. La Parroquia les acompaña y quisiera que percibieran también mi aliento».









RV

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