El pastor se llama Steve Bentley y ofrece los tatuajes en un ambiente de tranquilidad y confianza a los más religiosos que puedan sentirse incómodos o insatisfechos en otros establecimientos que ofrezcan el mismo servicio, y también, para aquellos que no se vean reconocidos con las ceremonias religiosas más tradicionales.
El negocio, Serenity Tattoo, es resultado, según sus promotores, del concepto ineficaz e irrelevante que la religión dominante ha ido adquiriendo para la mayoría de la gente. El reverendo Steve asegura también que hacerse un tatuaje no va en contra de las normas morales eclesiásticas y que se trata simplemente de una práctica moralmente neutral.
El mismo pastor luce con orgullo dos tatuajes en su cuerpo, toda una manera innovadora de dar misa con un nuevo reclamo pensado, como el cura asegura, para aquellos que, de no ser por los tatuajes, nunca pisarían la Iglesia. Una forma de acercar la Iglesia a los parroquianos menos convencionales.
Esta no es la primera, ni única, iniciativa innovadora que se ha llevado a cabo en The Bridge. Promovidas por el mismo pastor, otras actividades como artes marciales, lucha libre o incluso un mini taller de reparación de coches se han dado cita en la parroquia. Aunque las posibilidades que se ofrecen en esta particular Iglesia no solo quedan en eso, sino que también, como se hace en otras muchas, se convocan reuniones de alcohólicos y drogadictos anónimos. (La Razón)
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