La Santa Sede mostró su disconformidad con el programa televisivo italiano “Los Intocables”, en el que se difundió una carta que el hoy Nuncio Apostólico en Estados Unidos, monseñor Carlo Maria Viganó, envió al Papa Benedicto XVI para denunciar no sólo la corrupción presente en la institución que estaba a su cargo, sino su contrariedad por haber sido trasladado por haber combatido este fenómeno.
El portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, subrayó que “el gobierno de la Iglesia cuenta en su cúspide con un Pontífice de juicio profundo y prudente que, al estar más allá cualquier sospecha, es el garante de la serenidad y de la confianza que esperan aquellos que laboran al servicio de la iglesia” y que “tanta desinformación no puede oscurecer el cotidiano y sereno trabajo que realizan las instituciones vaticanas, siempre con una mayor transparencia”.
La secretaría de Estado (presidencia del “gobierno” vaticano) y el governatorato, dijo, se reservan adoptar “por todas las vías oportunas, incluso legales, acciones para garantizar la honorabilidad de personas moralmente íntegras y de reconocida profesionalidad, que sirven lealmente a la Iglesia, al Papa y al bien común”.
En el programa, el periodista Gianluigi Nuzzi presentó una carta que el arzobispo Carlo Maria Viganó dirigió al Papa, en la que denunciaba la corrupción que afectaba al governatorato y que permitía duplicar el costo de las licitaciones en el Vaticano. Además, solicitaba no ser transferido a Washington como nuncio (como finalmente ocurrió). (El Mundo /El Universal)
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Mons. Carlo Maria Viganó nació en Varese (Lombardia) el 16 de enero de 1941 y fue ordenado sacerdote el 24 de marzo de 1968.
El 3 de abril de 1992 fue nombrado por el Papa Juan Pablo II Nuncio apostólico en Nigeria y arzobispo titular de Ulpiana. El 4 de abril de 1998 entró a formar parte de la Secretaría de Estado de la Santa Sede, como delegado para representar al Pontífice. El 16 de julio de 2009 fue transferido al puesto de secretario del Gobernatorado del estado de la Ciudad del Vaticano.
Marco Tosatti escribió en agosto de este año: «El nuevo Nuncio en Estados Unidos, tras la muerte de Pietro Sambi que sucedió hace algunas semanas, será Carlo Maria Viganò, hasta ahora Secretario general del Gobernatorado, el ente que administra el Estado de la Ciudad del Vaticano. El 13 de agosto, la Secretaría de Estado le comunicó con una carta personal que Benedicto XVI deseaba que fuera a representar a la Santa Sede en Washington.
La carta, en la que se destacaba que la decisión del Papa estaba motivada por la necesidad de tener a una persona de valor en una de las nunciaturas ciertamente más importantes y delicadas —en el momento en que en Estados Unidos comienza la carrera por las elecciones presidenciales—, era en respuesta a una carta del mismo Viganò, en la que el prelado de origen lombardo ponía de manifiesto, cambio, porqué no era su deseo transferirse del otro lado del océano.
Cuando se comenzó a ventilar la hipótesis de que Viganò sustituyera al cardenal Lajolo como presidente del ente que administra el pequeño Estado-ciudad, se oyeron rumores muy críticos provenientes de diferentes oficinas de la Curia. Y, al ser interrogado, también el cardenal Lajolo debió admitir que tenía algunas reservas de tipo caracteriales sobre su colaborador más cercano. Las críticas hicieron mella, por lo que parece, en el juicio del Papa. Entonces se le propuso a Viganò, según fuentes muy informadas, que abandonara la idea de la Gobernación, y pasara a ser responsable de los Asuntos Económicos, cuya guía actual —mandato ya cercano a su fin— está a cargo del cardenal Velasio De Paolis. Pero parece que el prelado de Varese, que proviene de las filas de la diplomacia (se desempeñó en varias nunciaturas) se negó rotundamente: o la Gobernación o nada.
El secretario de Estado, el cardenal Tarcisio Bertone, que inicialmente intentó ayudarlo, frente a esta postura rígida cambió su posición, causando, por otra parte, la ira evidente de Viganò. Y, en este punto, nació y se concretó la hipótesis de Washington, mientras que pasará a ser presidente de la Gobernación, a fines de septiembre, si las previsiones se confirman, el actual nuncio de Italia, Giuseppe Bertello. La designación debería tener lugar el 29 de septiembre. Parece que el Pontífice, sin embargo, ha quedado muy impresionado, en modo negativo, por toda esta historia». (Vatican Insider - 19/11/2011)
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