Vivir la fe en Corea del Norte es una auténtica quimera. Y los que se arriesgan a ello corren el riesgo de dar con sus huesos en la cárcel durante décadas. El férreo régimen comunista de Pyongyang ha cercenado cualquier atisbo de libertad por lo que el culto a la religión cristiana es considerado delito por parte de las autoridades. De hecho, apenas hay constancia de que queden cristianos vivos en el país y las estimaciones de las organizaciones de derechos humanos varían sobremanera.
Para burlar a la dictadura estalinista hace falta mucha imaginación y organizaciones cristianas están ingeniándoselas para dar apoyo a los cristianos que allí quedan haciendo llegar biblias.
¿Y cómo hacer para que las biblias puedan pasar el filtro de las autoridades comunistas? Pues aunque parezca mentira, más de 10.000 biblias han sido entregadas a los cristianos de Corea del Norte en globos. Esta singular iniciativa ha sido llevada a cabo por la organización ecuménica "International Christian Concern (ICC)", con sede en Estados Unidos. Su fin es hacer un amplio trabajo de sensibilización, seguimiento y apoyo a las comunidades cristianas perseguidas en distintos puntos del mundo.
En la memoria de actividades de esta organización recogida por la agencia Fides se explica el ingenioso método para ayudar a los cristianos del país asiático. El informe destaca la dificultad de introducir la Sagrada Escritura a países con fronteras militarizadas y recuerda que Corea del Norte las "persecuciones son terribles".
La estrategia es la siguiente y así lo recoge la ICC: "las biblias se han embalado en caja de mil ejemplares, y cada una va atada a globos inflables, que explotan a diferentes intervalos de tiempo" llegando así a sus lugares de destino.
Además, esta organización cristiana asegura que otras biblias, confiscadas por el ejército, terminan en el mercado negro dentro del país, dirigido por los mismos militares: debido al pequeño número de copias en circulación las biblias tienen un gran valor también económico. Incluso este canal, dicen, "es una forma de difundir la palabra de Dios".
El cristianismo en Corea del Norte, casi extinguido
Por principio, Corea del Norte niega la libertad religiosa y la presencia de las distintas confesiones cristianas en el país es casi testimonial y se podría asegurar que el cristianismo prácticamente ha desaparecido. En los campos de concentración en los que se hacinan decenas de miles de personas los confinados por motivos religiosos son identificadas como tales para recibir un trato aún peor.
Asi lo refleja el informe anual de libertad religiosa en el mundo realizado por Ayuda a la Iglesia Necesitada. El régimen estalinista se opone con fuerza a toda actividad religiosa, especialmente la de los protestantes, a los que asocian con EEUU. Por su parte, los católicos norcoreanos prácticamente han desaparecido sin dejar huella, sobre todo los obispos, de los que niegan informar sobre su paradero.
El destino de los obispos de Corea del Norte es un reflejo de todo lo que ha ocurrido con la Iglesia de este país. A mediados del siglo XX, el 30 por ciento de la población de la capital era católica. Cuando las tropas comunistas llevaron a cabo su invasión detuvieron a los misioneros y religiosos extranjeros así como a los cristianos coreanos mientras destruían todas las iglesias y monasterios. Los sacerdotes y monjes fueron también condenados a muerte y ejecutados.
Actualmente, la Iglesia no tiene clero en Corea del Norte y según las cifras oficiales de la satrapía habría 4.000 católicos y 11.000 protestantes. Sin embargo, Asia News cifra en 200 el número de católicos en todo el país, casi todos ellos muy ancianos. Y es que los cristianos son represaliados al ser molestos por su supuesta deslealtad al régimen y por los lazos que consideran que mantienen con Occidente.
Ejemplo de la desesperada situación que viven allí los cristianos es el caso conocido de Ri Hyonok, condenado a muerte y ejecutado por "poner biblias en circulación". A su vez, la familia de este joven de 33 años fue enviada a un campo de prisioneros.
LibertadDigital /Javier Lozano
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