La capilla castrense acogió la primera Guardia de Honor al paso de Mena. Monseñor Juan del Río fue el encargado de bendecir e imponer la corona de espinas al Cristo. La Legión y el Cristo de Mena están unidos desde 1928.
Más de 1.500 personas visitaron la iglesia catedral de las Fuerzas Armadas para presenciar la primera Guardia de Honor que la Legión rindió a su protector, el Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas. El paso también es conocido como Cristo de Mena en recuerdo de Pedro de Mena, escultor perteneciente al barroco español y dedicado especialmente a la imaginería religiosa.
La Guardia de Honor corrió a cargo de una treintena de efectivos del Tercio Alejando Farnesio, que tiene la sede en la malagueña ciudad de Ronda. Se desplazaron hasta Madrid bajo el comandante legionario José Garcés. El resto de componentes del tercio, hasta completar un total de 200, llegará a Madrid el próximo viernes para participar en la procesión que se celebrará tras el Vía Crucis presidida por el Papa Benedicto XVI en la Plaza de Cibeles.
La Guardia de Honor dio comienzo a las 11 de la mañana con tres escuadras de Gastadores que se fueron relevando para custodiar al Cristo de Mena, situado frente al altar mayor de la catedral. Desfilaron hasta el interior del templo, donde el Hermano Mayor de la Congregación, Antonio Jesús González, les impuso la medalla de la congregación, un acto simbólico que se repite cada Semana Santa antes de la salida del Cristo en la procesión del Jueves Santo.
Posteriormente, el arzobispo castrense, monseñor Juan del Río, bendijo la corona de espinas que se impone al Cristo cada vez que la imagen es expuesta a la veneración de los fieles. Y el arzobispo castrense, Monseñor Juan del Río Martín, fue el encargado de imponer la corona al Cristo acompañado de sus legionarios. Este acto contó con la presencia del arzobispo de Sevilla, monseñor Juan José Asenjo. Ramón Gómez, encargado de elaborar la corona del Cristo de la Buena Muerte y Ánimas durante los últimos 24 años, también estuvo presente.
A continuación, las Escuadras de Gastadores salieron del templo para que la primera de ellas, ya con el armamento reglamentario para rendir honores –picos, palas y serruchos– volviese a entrar y realizase la primera de las guardias que, durante dos horas, se turnaron durante la mañana.
Vieja relación
Antonio Jesús González Ramírez, hermano mayor de la Congregación, explicó a LA GACETA el vínculo existente entre la Legión y el Cristo, que se remonta al año 1928, momento en el que la Legión pasó a ser una pieza clave de la Congregación.
La relación surgió a raíz de una conversación entre los directivos de Mena y los legionarios, procedentes del recién creado Tercio de Extranjeros de la guerra de África. Tras este acercamiento se produjo una petición para que el Cristo fuese protector de la Legión.
En el año 2000, el entonces arzobispo castrense de España, Monseñor José Manuel Estepa Llaurens, aprobó el decreto de nombramiento de Protector oficial de la Legión Española al Cristo de la Buena Muerte.
La Gaceta
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