Una red pakistaní secuestra a mujeres cristianas destinadas a musulmanes influyentes, denuncia una agencia vaticana
La agencia vaticana Fides dio a conocer que Farah Hatim, la muchacha católica secuestrada y obligada a casarse con un musulmán en Pakistán, se quedará con su marido, tras la audiencia realizada hoy en el Tribunal Superior de Punjab. Es un caso que revela el conglomerado de presiones sociales y amenazas físicas al que deben enfrentarse las mujeres cristianas en aquel país, cuyo Estado se muestra incapaz de protegerlas.
El recurso de apelación ante el Tribunal Supremo fue presentado por la APM (All Pakistan Minorities Alliance), después de que un tribunal de primera instancia había desestimado la solicitud de encontrar a la chica, según los miembros de la familia, secuestrada y obligada a casarse por la fuerza con un hombre musulmán en ciudad de Rahim Yar Khan.
Entre lágrimas, Farah Hatim comparecido hoy ante el juez del Tribunal Superior de Punjab. A la pregunta del magistrado sobre “qué familia elegía”, la chica, después de un interminable silencio, respondió: “Ambas”. La Corte argumentó que “esto era imposible” y repitió la pregunta. En ese momento, Farah eligió a su nueva familia musulmana.
Fides señala que “así cae el telón sobre un caso que ha cautivado a la opinión pública de la comunidad cristiana en Pakistán, preocupado por los más de 700 casos al año de chicas cristianas secuestradas y obligadas a casarse con musulmanes. El juez permitió que Farah tuviera una conversación privada con su familia de origen durante 10 minutos”.
La chica, según han revelado fuentes de Fides, declaró que de hecho “fue tomada con engaño”, pero ha revelado, visiblemente alterada, “no poder volver”.
Según la familia de Farah, las razones de su elección, no son claras: pueden estar detrás amenazas de muerte o intimidaciones, incluso la posibilidad de que la chica esté embarazada.
En este caso, de acuerdo con el derecho de Pakistán, Farah no puede abandonar a su marido bajo pena de ser rechazada y esto llevaría a un “estigma eterno” y ningún hombre la querría consigo.
“Más allá de las posibles razones, a la gran pregunta de la corte, Farah dijo que quería quedarse con su marido musulmán, marcando su destino para siempre. A partir de ahora, la familia de origen ya no tiene ninguna autoridad sobre ella, incluso de acuerdo con la ley” según informan las fuentes a Fides.
La familia de Farah confirmó a Fides su preocupación por el destino de la chica, diciendo que no están “convencidos” del resultado del caso. Piden que la comunidad internacional ejerza presión sobre el gobierno de Pakistán para revisarlo.
Fuentes locales de Fides dicen que Farah ha sido víctima de una red que “trafica mujeres”, con nexos en el hospital donde trabajaba Farah y en el mundo de la política, para proporcionar chicas a futuros hombres políticos.
Alerta Digital
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