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martes, 19 de julio de 2011

VOLVER AL CONFESIONARIO






























El Vaticano acaba de publicar el documento "El sacerdote, confesor y director espiritual: Ministro de la misericordia divina", un manual de instrucciones sobre cómo ser buenos confesores, elaborado por la Congregación para el Clero.


El texto lleva las firmas del Prefecto del dicasterio, Cardenal Mauro Piacenza y el secretario, Mons. Celso Morga, quien hizo votos para que "los sacerdotes podamos descubrir de nuevo el valor pastoral de estos medios simples, muy corrientes, que parece que no tienen fuerza pastoral pero que son potentísimos si los sabemos administrar bien y si valorizamos el estar disponibles para administrarlos".


La primera parte del texto explica en qué consiste el sacramento de la Penitencia y da indicaciones prácticas sobre cómo administrarlo y recibirlo mejor. Por ejemplo, incluye un examen de conciencia sólo para sacerdotes.


"Que los sacerdotes sean muy disponibles para las confesiones y la dirección espiritual y que al mismo tiempo, ellos, también yo, nos confesemos frecuentemente y tengamos la dirección espiritual", dijo Mons. Morga.


La segunda mitad del texto explica la doctrina sobre la dirección espiritual, enseña a ayudar a otras almas, y cómo dejarse ayudar por un director espiritual.


Benedicto XVI está decidido a dar él mismo el ejemplo sobre el valor del sacramento de la confesión y la dirección espiritual. Lo hará con un gesto bastante expresivo: este verano se sentará en un confesonario durante la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid y administrará este Sacramento a varios jóvenes.


"Es preciso volver al confesionario, como lugar en el cual celebrar el sacramento de la Reconciliación, pero también como lugar en el que ‘habitar’ más a menudo, para que el fiel pueda encontrar misericordia, consejo y consuelo, sentirse amado y comprendido por Dios y experimentar la presencia de la Misericordia divina, junto a la presencia real en la Eucaristía".


Con estas palabras, el Santo Padre Benedicto XVI se dirigía durante el reciente Año sacerdotal a los confesores, indicando a todos y cada uno la importancia y la consiguiente urgencia apostólica de redescubrir el Sacramento de la Reconciliación, tanto en calidad de penitentes, como en calidad de ministros.


El documento fue enviado a todas las conferencias episcopales del mundo.





























EWTN

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