“Dolor y preocupación” son los sentimientos que ha suscitado en el Vaticano la nueva ordenación episcopal ilegítima celebrada hoy jueves en China.
En Shantou, en la región de Guandong, fue ordenado obispo el sacerdote Joseph Huang Bingzhang, sin mandato pontificio, como sucedió hace apenas dos semanas, el 29 de junio, con la ordenación del obispo de Leshan.
El acontecimiento de este jueves “es seguido y visto con dolor y preocupación”, porque es contrario “a la unión de la Iglesia universal”, comentó el director de la Sala de Prensa vaticana, padre Federico Lombardi, según informa Radio Vaticano.
Fueron obligados a participar en la ordenación también algunos Obispos en comunión con el Papa que habían rechazado tomar parte en la ceremonia.
Tras la ordenación de Leshan, la Santa Sede había difundido una declaración en la que subrayaba que un obispo ordenado “sin mandato pontificio, y por tanto ilegítimamente, está privado de la autoridad de gobernar la comunidad católica diocesana”, por lo que “la Santa Sede no lo reconoce” como obispo de la diócesis que le ha sido encomendada.
El comunicado recordaba que el prelado ordenado ilegítimamente y los obispos consagrantes incurren en la excomunión latae sententiae por violación de la norma del cánon 1382 del Código de Derecho Canónico, y que “una ordenación episcopal sin mandato pontificio se opone directamente al papel espiritual del Sumo Pontífice y daña la unidad de la Iglesia”, produciendo “heridas y tensiones en la comunidad católica en China”.
“La supervivencia y el desarrollo de la Iglesia pueden tener lugar sólo en la unión a aquel al que, en primer lugar, está confiada la propia Iglesia, y no sin su consenso”, subrayaba la declaración.
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