De las casi 180 embajadas, sólo quince de ellas poseen un consejero especializado en asuntos eclesiales, un sacerdote, normalmente pagado por el Estado.
País laico por excelencia, Francia posee en cambio, desde hace tiempo, un Consejero Eclesiástico. La función de este sacerdote y consejero especial es única, tanto para el clero como para la Administración Francesa, así como lo es también su nombramiento. De hecho, es nombrado, previa aprobación de su obispo, por el Ministro de Asuntos Exteriores. Recibe su sueldo de la República y a cambio tiene que ilustrar al personal diplomático con su sensibilidad eclesial y aportar una lectura diferente de la vida y del funcionamiento del Vaticano. Evidentemente, confía un diplomático, consigue más fácilmente que otros, instaurar contactos con sus condiscípulos, ya sean sacerdotes, obispos o cardenales.
A primeros de septiembre, Villa Bonaparte, sede de la embajada de Francia, ha visto llegar un nuevo consejero, un sacerdote parisino de 48 años, el Padre Jérôme Angot. Hasta entonces encargado de una grande parroquia parisina, el Padre Angot es una vocación tardía. Antes de entrar en el seminario, trabajó en el Comisariado la Marina Francesa. El nuevo consejero del Embajador de Francia no esconde su interés por las relaciones Iglesia-Estado y hace notar que los estudios de Derecho relacionados con este tema cursados en 2005, probablemente le han dado la preparación necesaria para este nuevo trabajo. El sacerdote francés, que realizó una parte de su formación en la Universidad Gregoriana de Roma, declara también que los seis años pasados en la "Marine Nationale", sobre todo , le han dado una verdadera "apertura al mundo
De las embajadas en la Santa Sede, en Roma o en otros lugares, son raras las que cuentan con un 'Consejero Eclesiástico'. Todavía son más raras las representaciones diplomáticas con un uno con dedicación exclusiva. Además de Francia, solamente es el caso de Alemania, Portugal e Italia.
Pero el consejero de Palazzo Borromeo, considerado como un 'experto' por la diplomacia italiana, a menudo realiza otras funciones. "Yo nunca he olvidado la dimensión pastoral", confía a Vatican Insider Monseñor Marco Ceccarelli. El prelado bastante a menudo se ausenta para encontrarse con profesores de universidad y estudiantes de la LUMSA, con la que está comprometido.
Otras diez embajadas sólo cuentan con un consejero sin dedicación exclusiva. Así, el consejero de la Embajada de Japón, un religioso carmelita, es responsable del programa japonés de Radio Vaticano. El de la Embajada de Plaza de España es periodista televisivo. Respecto al consejero canadiense, es también maestro de coro de la Cappella Giulia del Vaticano. El de Gran- Bretaña, Monseñor. Charles Burns, lleva al servicio de la Embajada desde el 2003. Este simpático prelado había trabajado durante mucho tiempo con anterioridad en los Archivos Secretos del Vaticano.
Cuando se repasa la lista de Consejeros Eclesiásticos, es sorprendente no encontrar el de la Embajada de los Estados Unidos. Pero la Administración Americana ha nombrado "expertos" para desempeñar la función de embajador,: en primer lugar Mary Ann Glendon, presidenta de la Academia Pontifica de Ciencias Sociales, y más tarde a Miguel Diaz, un teólogo de origen cubana.
Ciudad del Vaticano
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