Benedicto XVI visitó Brasil en el año 2007 y volverá dentro de dos años con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Pero hay algunos que quieren que también otro (u otros) países hispanohablantes
Dos veces a América Latina, dos veces a Brasil. Benedicto XVI ha viajado a América Latina -que antes era llamada el "Continente de la Esperanza"- en mayo de 2007, visitando São Paulo y más tarde Aparecida, con motivo de la reunión del CELAM, el Consejo Episcopal Latinoamericano. Ahora, tras el anuncio de la celebración de la próxima Jornada Mundial de la Juventud en Río de Janeiro, también la segunda visita a Latinoamérica de su Pontificado, en 2013, tendría que ser al mismo país, Brasil.
En las Iglesias del "Continente de la Esperanza", se baraja la posibilidad de que el Papa pueda añadir a su agenda, además de la visita a Brasil, un viaje a otra nación latinoamericana hispanohablante. El único que ha hecho referencia a ello públicamente, durante los pasados días, ha sido el Arzobispo de La Habana, el Cardenal Jaime Lucas Ortega y Alamino, que, con motivo de la peregrinación pública a la Virgen de la Caridad del Cobre, ha dicho que "Cuba vive una primavera de fe", que el pueblo se "está acercando a la Iglesia Católica". Y ha también hecho saber que ha invitado al Papa a visitar Cuba: "He estado con él en Castelgandolfo el 14 de agosto y me ha dicho: "Si Dios quiere". No me ha dicho que no, creo que quiera venir". Ortega ha añadido que el Papa "es un hombre de casi 85 años, que tiene compromisos y viajes ya fijados; pero no ha dicho que no".
¿La apertura a la Iglesia del régimen de Castro durante esta fase del larguísimo crepúsculo de Fidel, podría verdaderamente hacer pensar en la hipótesis de un viaje a la Isla del Caribe? La posibilidad de una visita a Latinoamérica en el segundo trimestre del 2012 parece difícil, aunque muchos lo esperan. Pero si el Papa decidiera hacerla, aunque parece mucho más probable que el próximo año vaya a realizar un viaje a Asia, hay otros países que están solicitando ser visitados. El primero de todos ellos es México, meta del primer e histórico viaje de Juan Pablo II en enero de 1979.
Joseph Ratzinger ha siempre estado profundamente impresionado por el papel evangelizador que ha tenido el acontecimiento de Guadalupe, la aparición de la Virgen con rasgos indígenas al indio Juan Diego en 1531. Pero Ciudad de México, capital federal del País además de sede del Primado, se yergue a 2400 metros de altura y los médicos desaconsejarían al Pontífice que vaya. Otra posible meta en ese país podría ser Guadalajara o Yucantán: en este caso, la que peregrine hasta Benedicto XVI podría ser la imagen de la Virgen del Guadalupe formada en la "tilma", una especie de capa, del indio Juan Diego y que se conserva dentro del santuario mariano más visitado del mundo.
Otro proyecto podría prever un viaje del Papa a Colombia, visitando Bogotá y Medellín, pero también en este caso surgen problemas relacionados con la altitud. Y para terminar, se ha pensado también en un itinerario que comprenda Buenos Aires (Argentina), Santiago de Chile y una pequeña permanencia en Montevideo (Uruguay).
Hay que recordar que Benedicto ha declinado ya la invitación a visitar República Dominicana, dónde este año se ha celebrado el 500 aniversario de la institución del Arzobispado de Santo Domingo. Por lo tanto no es fácil imaginar que añada un nuevo y sin duda dificultoso viaje intercontinental durante el próximo año. El Papa, a pesar de la avanzada edad, ha demostrado que puede soportar bien el cansancio y los compromisos durante los viajes. Este año, tras haber estado en Croacia y España (JMJ con el calor tórrido de agosto), lo esperan todavía Alemania y Benín (será su segunda visita a África). "Pero también es necesario - explican en El Vaticano - que dosifique las fuerzas".
V.I. / Andrea Tornielli /Ciudad del Vaticano
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