El Papa recuerda el 11 de septiembre en Ancona y en la carta que ha enviado al Arzobispo de Nueva York, con motivo del décimo aniversario de los atentados
En Ancona, Benedicto XVI recordando los diez años pasados desde los atentados del 11 de septiembre de 2001, ha dirigido un llamamiento a los gobernantes de las naciones, para que los problemas del mundo sean resueltos y para que se inspiren siempre en principios de paz, justicia y solidaridad.
"Hoy nuestro recuerdo – ha afirmado el Pontífice- es también para 11 de septiembre de hace diez años. Recordando al Señor de la Vida las Víctimas de los atentados que tuvieron lugar en ese día y a sus familiares - ha proseguido el Papa- invito a los responsables de las Naciones y a los hombres de buena voluntad a rechazar siempre la violencia como vía de solución de los problemas, a resistir a la tentación del odio y a actuar en la sociedad, inspirándose en los principios de la solidaridad, de la justicia y de la paz".
No se puede usar la fe religiosa para justificar la violencia y el terrorismo. Lo subraya Benedicto XVI en la carta que envió al arzobispo de Nueva York, Timothy Dolan, con motivo del décimo aniversario de los atentados. «La tragedia de aquel día –escribe Benedicto XVI– se ve agravada por la afirmación de los autores de haber actuado en nombre de Dios».
«Una vez más, se debe afirmar inequívocamente que ninguna circunstancia puede justificar jamás los actos de terrorismo», afirmó el Papa.
Raztinger recuerda las «tantas vidas inocentes» que se perdieron en el «brutal ataque» y las encomienda «a la misericordia infinita de Dios», invocando la consolación sobre todos los que sufrieron la pérdida de sus seres queridos.
«Toda vida humana –se lee en el mensaje– es preciosa a los ojos de Dios, y no se debe ahorrar ningún esfuerzo en el intento de promover en todo el mundo un auténtico respeto por los derechos inalienables y la dignidad de las personas y los pueblos en todas partes».
El Pontífice alaba al pueblo estadounidense, «por el coraje y por la generosidad que ha demostrado en las operaciones de socorro y por su prontitud para seguir adelante con esperanza y confianza». Dedica su «ferviente plegaria» para que haya «un firme compromiso con la justicia y una cultura global de solidaridad ayuden a librar al mundo de los agravios que tan a menudo originan actos de violencia, y creen las condiciones para una mayor paz y prosperidad que ofrezcan un futuro más brillante y seguro».
El mensaje del Pontífice es un punto de referencia para todas las voces de la Iglesia católica que conmemoran el décimo aniversario de los ataques ideados por Osama Bin Laden y en los que murieron alrededor de 3000 personas. «El mejor modo para obtener la revancha sobre los terroristas es demostrar que nada, absolutamente nada, puede destruir el espíritu que yace en un pueblo de fe y que vive en el pueblo estadounidense y que lo lleva a apoyar a todos los que sufren, a reconstruir lo que es valioso para nosotros, a llorar con dignidad nuestros muertos y a ayudar a sus familias para que puedan volver a comenzar. Todo esto ha sido constante durante la última década», dijo a la Radio Vaticana justamente mons. Dolan, arzobispo de Nueva York y presidente de la Conferencia Episcopal de los Estados Unidos.
V.I. / Redacción
Roma
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