Las autoridades vietnamitas arrestaron a 15 jóvenes católicos los pasados meses de julio y agosto, seis de los cuales están retenidos en Hanoi, mientras que el paradero de los otros nueve es desconocido.
Sus familias han lanzado un llamamiento a la solidaridad en una carta pública en la que piden el apoyo activo y las oraciones de toda la Iglesia, según informó el pasado jueves la agencia Eglises d'Asie de la Foreign Missions de París.
Las familias dicen que sus hijos son inocentes de todo crimen y que no deberían ser castigados por estar implicados en actividades sociales que promueven el bien común.
Entre los arrestados está Paul Tran Minh Nhat, un estudiante de la facultad de Lenguas Extranjeras y Tecnología de la Información de Hanoi. Pertenece a una parroquia católica de la diócesis Vinh, en la provincia de Nghe An.
Terminó sus estudios el 27 de agosto. Al final del último examen, cuando estaba abandonando el aula, cuatro agentes de seguridad uniformados lo acompañaron a la puerta de la universidad y le obligaron a subirse en un coche que lo esperaba. Fue llevado a una residencia que la policía buscó en su presencia y después a un destino desconocido.
Hasta esta fecha, la familia no ha recibido todavía una notificación de su arresto.
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