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martes, 11 de octubre de 2011

CATÓLICOS CONDENAN LA PROFANACIÓN DE LUGARES DE CULTO EN TIERRA SANTA














El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, condenó ayer la reciente profanación de varias tumbas de cementerios musulmanes y cristianos de la ciudad de Yaffa, cercana a Tel Aviv, y advirtió que no tolerará más actos vandálicos.


'Israel no está dispuesto a tolerar actos vandálicos, sobre todo actos que podría ofender sensibilidades religiosas", afirmó Netanyahu, dos días después de que unas 25 tumbas de dos cementerios de Yaffa fueron profanadas con pintas racistas.


 
Los ataques se registraron en el cementerio musulmán de Al Kazajana y el contiguo cementerio cristiano ortodoxo de Jaffa, en vísperas de la festividad judía del Yom Kipur (Día de la Reconciliación) y unos días después de que fue incendiada una mezquita de Galilea.


 
En su habitual reunión semanal con su gabinete, el jefe del gobierno israelí afirmó que su gobierno no tolerará ningún acto de vandalismo, "el Estado de Israel es muy tolerante y también muy intolerante", según un reporte del Haartez Daily en su página web.


"Actuaremos con vigor para encontrar (a los culpables). He dado instrucciones a las fuerzas de seguridad para que lleven a los responsables ante la justicia. Actuaremos contra ellos con todo el peso de la ley", declaró Netanyahu.


El ataque desató la irá tanto de árabes como de judíos que se reunieron la noche del sábado en Jaffa para protestar contra la profanación del cementerio y exigir el fin a la violencia religiosa y el racismo.


 
Unas 200 personas participaron en la manifestación, que fue empañada por el ataque con un cóctel Molotov, arrojado al techo de la sinagoga de rabino Meir Baal Hanes en Jaffa, que no dejó víctimas, ya que el templo se encontraba vacío.


El jefe de la Policía, Yohanan Danino, dijo que los ataques contra los cementerios eran un asunto grave y afirmó que la policía hará todo que lo posible para evitar que se repitan situaciones como éstas en un futuro.


 
El alcalde de Jaffa, Ron Huldai, también condenó las profanaciones de las tumbas de los cementerios árabes y cristianos, que calificó como un acto grave porque empañó las festividades de Yom Kipur, considerado el día más santo y más solemne del año.


 
El presidente de Israel, Shimon Peres, también expresó en un comunicado oficial, difundido la víspera, su condena a los ataque que calificó como un "un acto criminal que nos deshonra y se opone a los valores éticos de la sociedad israelí".


 
Peres pidió a las autoridades hacer "todo lo posible" para atrapar a los criminales y llevarlos ante la justicia tan pronto como sea posible.


 
En tanto, la Asamblea de Obispos Católicos en Tierra Santa instó a las autoridades israelíes a "revisar el papel del Estado para educar a sus ciudadanos en el respeto a la diversidad religiosa y en el pluralismo".


Para evitar que la violencia de salga de control, la policía israelí elevó este domingo la alerta en Yaffa y otras zonas en las que conviven judíos y árabe y reforzó la seguridad en mezquitas, sinagogas y cementerios para prevenir nuevos posibles ataques. (El Informador)


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Condena de los ordinarios católicos

 
“Hemos asistido estos últimos días a frecuentes violaciones de lugares de culto y de cementerios, que han sido incendiados y profanados (···); condenamos estos actos y apelamos a las instituciones a asumir sus responsabilidades”.


Lo señala la asamblea de ordinarios católicos de Tierra Santa en un comunicado publicado este sábado.


Los actos criminales “no se limitan a algunos lugares, sino que se extienden de Galilea a Jafa”, precisa la asamblea, que agrupa a los obispos de las diferentes comunidades católicas (latinas y orientales) con jurisdicción en Tierra Santa.


“Unos pocos fundamentalistas están detrás de estos actos”, añadieron los obispos, para quienes se trata de un “fenómeno nuevo de violencia en el interior mismo del Estado”, que es responsable de la seguridad de todos, pero sobre todo de los lugares de culto.


“Estos incidentes no tienen nada que ver con la religión y no sirven a los intereses de Estado, y amenazan la coexistencia pacífica y la seguridad entre los ciudadanos”, prosigue el comunicado.


Los ordinarios condenan estos actos y apelan a todas las instituciones, también al Estado, a asumir su responsabilidad.


La asamblea de obispos espera que “el Gobierno israelí, además de condenar y manifestar su solidaridad, continúe tomando medidas serias para llevar a los culpables, y a los que están detrás, ante la justicia, y revisando la función del Estado en la educación de sus ciudadanos respecto a la diversidad religiosa y el pluralismo”.


La asamblea de ordinarios de Tierra Santa concluye: “Rogamos al Todopoderoso que inspire a todos los dirigentes, y a los pueblos, y sobre todo a los que tienen tendencia a la violencia y a la profanación de lugares de culto, a que trabajen juntos para construir una sociedad mejor en la que las religiones desempeñen una función constructiva”.




Zenit
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