La mujer como fuente de esperanza para el futuro, como generadora de la vida, como savia de la nueva evangelización: en torno a estos temas se desarrolló el congreso titulado El rostro femenino de la Nueva Evangelización el 14 de octubre en el auditorio de la Universidad Pontificia Regina Apostolorum de Roma.
El congreso, organizado por el Instituto de Estudios Superiores sobre la Mujer, perteneciente al mismo Ateneo, contó con la intervención de numerosas figuras femeninas como testigos del papel desarrollado por la mujer en los distintos ámbitos: en la Iglesia, en la sociedad, en la tutela de los derechos humanos, en las iniciativas de paz.
Muchos nombres conocidos compartieron la mesa con sencillas religiosas misioneras, profesoras de escuelas infantiles y parejas de padres.
Aparecieron experiencias distintas, pero unidas por la voluntad de recalcar la importancia de la figura femenina en el mundo actual a la luz de la fe, a través de recuerdos, anécdotas, o bien con proyectos, vídeos, la pintura o el canto.
En una misma jornada toda en rosa estaban presentes: Cherie Blair, mujer del ex premier británico Tony Blair, que habló de su Foundation for Women, de la que es presidenta; sor María Pia Iammarino, misionera franciscana de los pobres, que contó la batalla librada junto a sus hermanas contra la prostitución en Padua; María Falcone, hermana del difunto juez Giovanni Falcone, con su compromiso de Educación a la legalidad dirigido a los jóvenes de toda Italia, y Roberta Cocco, directora de marketing de Microsoft, que habló del Futuro @l femenino, proyecto de responsabilidad social de Microsoft para potenciar la relación entre las mujeres y la tecnología.
Estaban presentes también Paloma Gómez Borrero, enviada especial de Juan Pablo II, con el que ha dado la vuelta al mundo casi 29 veces, que habló de la figura de la mujer en el pontificado del Beato papa polaco; y Lucía Abignente, del movimiento de los Focolares, que a través de un vídeo dedicado a Chiara Lubich mostró “la radicalidad del amor” que caracterizó la obra de esta “apóstol del diálogo” de nuestra época.
Incluso la simpática sor Elvira de Witt, que desde 2001, para hacer frente a la crisis vocacional, decidió abrir un blog para dialogar con posibles novicias; Lithian Ricci, pintora milanesa, que dedica su arte a retratar figuras de santas en un contexto moderno, y Carla Giardini, que contó su experiencia de docente del método Montessori, como una verdadera misión confiada por Dios para hacerse medio de amor hacia sus pequeños alumnos.
Entre las intervenciones más chocantes y apasionadas recordamos la de sor Abir Hanna, Chiara Amirante y Jocelyne Khoueiry.
Sor Abir Hanna, monja agustina de clausura en el Líbano, participó en el congreso a través de una grabación, relatando la belleza de la vida monacal, comparándola delicadamente con un útero, es decir, algo escondido a los ojos, pero donde Dios fecunda la vida; una vida que no permanece encerrada en sí misma, sino que nace y crece para crear una única red que pone a todos en comunión.
El arte de amar fue el tema del discurso de Chiara Amirante, fundadora de Nuevos Horizontes, orgullosa testigo de los milagros que Dios ha realizado con el “Pueblo de la noche”, los jóvenes, que desesperados, abandonados y en la desgracia más absoluta vagan por las noches por la ciudad, esperando sólo ser escuchados, considerados, amados.
Chiara los definió como “mendigos de amor”, que gracias al arte de amar, es decir, al anuncio de un Dios que no los juzga nunca, sino que murió y resucitó por todos, han abandonado el infierno de las calles para seguir y descubrir a Jesús que es alegría, luz y plenitud.
Una experiencia similar es la de Jocelyne Khoueiry, que conoció este amor en el desastroso contexto de las guerras civiles en el Líbano.
Justo allí, entre las bombas y la destrucción, un día, Jocelyn decidió abandonarse a la voluntad de Dios: para no ser más un instrumento de muerte sino de anuncio de la alegría que viene del Evangelio.
Abandonada la vida militar, Jocelyn ha dedicado su vida al voluntariado activo fundando dos centros de “adiestramiento” a la paz.
Profunda y sentida fue la intervención de monseñor Luigi Negri, obispo de la diócesis de San Marino-Montefeltro.
“Creo que la mujer tiene en esta fase de nuevo anuncio de la fe, en un mundo como el nuestro, un deber fundamental: mostrar que Cristo cambia la vida concreta, de todos los días, de la cotidianidad de la carne y la sangre, de la maternidad y de la paternidad, de la educación, de la capacidad de solidaridad”.
Una jornada intensa, por tanto, rica en testimonios concretos, que puede sintetizarse con las palabras del rector de la Universidad.
El padre Pedro Barrajón, LC, dijo : “La creatividad de la mujer, su genio femenino, han dado y dan todavía a la Iglesia una contribución única para poder obtener aguas vivas del Evangelio y llevarlas al mundo de hoy”.
“Desde los orígenes -prosiguió el rector- las mujeres han tenido un papel esencial en las transmisión de la fe”.
Y añadió: “No por casualidad Jesús les confió el primer gran deber de anunciar su resurrección y les dirigió sus palabras de aliento: “no tengáis miedo”.
Por Salvatore Cernuzio
[Traducción del italiano por Carmen Álvarez]
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