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domingo, 2 de octubre de 2011

DESMENTIDO SOBRE UNA LLAMADA DE BENEDICTO XVI

El portavoz vaticano, el padre Federico Lombardi, aclara que Benedicto XVI no tuvo nada que ver con la decisión de la Suprema Corte de México en materia de aborto



Según los datos de un estudio que realizaron el Consejo Nacional de la Población (Conapo), El Colegio de México y el Instituto Guttmacher, el número de las mujeres de entre 15 y 44 años que abortó en México durante el año 2008 fue de 880,000. Desde 2007, en la Ciudad de México no se castiga penalmente la interrupción asistida voluntaria del embarazo (siempre y cuando se lleve a cabo antes de que se cumplan las primeras 12 semanas de gestación). Esta ley sobre el aborto de la Ciudad de México (avalada en 2008 por la Suprema Corte de la Nación, SCJN) es considerada una de las más liberales de América Latina, pero sobre todo del país, en el que las leyes de 18 de los 31 estados castigan esta práctica. Dos de estos estados del país estuvieron bajo la atenta mirada de la SCNJ y de la población mexicana durante la semana pasada.


 
De hecho, entre el miércoles y el jueves pasados tuvo lugar un debate en la SCJN sobre algunas modificaciones a las constituciones de Baja California y San Luis Potosí (que se encuentran en el norte del país) con respecto al aborto. Las enmiendas pretendían despenalizar la interrupción asistida del embarazo en las leyes locales. La votación final desestimó el recurso por un voto de diferencia. Sin embargo, como explicó la ministra de la SCNJ Olga Sánchez Cordero durante una entrevista televisiva después del fallo de la corte: «no triunfó ninguna de las dos posiciones», sólo se desestimó la acción y esto permitirá que las mujeres que sientan que sus derechos se ven amenazados puedan recurrir al amparo. La ministra insistió en que la Corte no decide por cuestiones morales o religiosas, sino por convicciones jurídicas, por lo que sería incorrecto llevar a cabo una decisión constitucional siguiendo un prejuicio moral o una premisa religiosa.


 
El jueves pasado (día del fallo de la corte), el obispo de Mexicali (en Baja California), José Isidro Guerrero Macías, se dejó llevar por el entusiasmo y afirmó durante una reunión con los fieles de su diócesis que «casi perdíamos, pero una llamada del Papa no sé a quién, no me pregunten, cambió todo». Y claro, la noticia se difundió con velocidad por todo México. Los que apoyan el aborto condenaron la injerencia del Vaticano en las decisiones del país; los que apoyan, en cambio, el derecho a la vida desde su concepción celebraron y agradecieron el apoyo del Santo Padre. Los medios de comunicación del país hablaban sobre la misteriosa y providencial llamada. Hasta que la agencia de noticias Notimex difundió una declaración del vocero del Vaticano, el padre Federico Lombardi: «La versión no tiene fundamento; se debería preguntar al obispo de dónde obtuvo esa información. De todas maneras es muy raro que el Papa haya presionado por teléfono».



El ministro de la SCJN José Ramón Cossío Díaz también desmintió al obispo de Mexicali durante una entrevista radiofónica: «Fue un litigio muy respetuoso, no sentí presiones de ninguna parte». Posteriormente, la misma SCJN emitió una declaración oficial, que se puede encontrar en su sitio web, en la que «rechaza categóricamente haber recibido llamada alguna de autoridad eclesiástica o de cualquier otra naturaleza y mucho menos que ello haya influido en la decisión de los ministros en torno a las acciones de inconstitucionalidad promovidas por reformas a las constituciones de Baja California y San Luis Potosí».



Por su parte, el secretario general de la Conferencia del Episcopado Mexicano (Cem), Víctor René Rodríguez Gómez, se dijo de acuerdo con las declaraciones del padre Lombardi e insistió en que el Papa Benedicto XVI no presionó a nadie, puesto que no interviene en las decisiones internas de ninguna nación. Después de que la noticia de la “llamada del Papa” fuera desmentida por los canales oficiales de las autoridades eclesiásticas y judiciales tanto de México como de la Santa Sede, el obispo de Mexicali, José Isidro Guerrero Macías, se retractó mediante un comunicado (fechado el 30 de septiembre) de las afirmaciones que había hecho:


«El Obispado de Mexicali asume las declaraciones emitidas hoy por la Santa Sede [...] en torno a que su Santidad Benedicto XVI no realizó ninguna llamada telefónica a nuesrto país que pudiera influir en las decisiones de los Ministros de la SCJN».







V.I./
RedacciónRoma

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